Imagen:by_julkusiowa
Los recuerdos golean,
porque la realidad son más que palabras.
Año 1950:
¿Te acordas cuando éramos pequeñas y solíamos escondernos de todo?
Yo creo que sí, apenas puedo encontrar en mi mente cuál fue el momento en que nos perdimos.
No todos los días, se olvida el sentido de la palabra hermana.
Hoy estás casada con un hombre que te utilizó, no sé como serán tus días, pero dudo que la felicidad se presente en algún momento.
Seguís siendo la misma egoísta que juró cambiar.
Mamá, cada mañana ruega y cree que volverás para que pueda conocer a su primer nieto.
Que lástima que no hayas podido entender el significado de cada palabra que compenetra nuestra vida.
Somos grandes y no pretendo reanudar nuestra relación, hoy digo que nunca me viste como tu hermana, siempre hablaste muy mal de mí, cambié, y nadie lo reconoció. Y hoy lo único que me interesa es que le des una oportunidad a mamá.
Tiene 42 años y hace un año las líneas que se dibujan en su rostro no existían.
Sus ojos ya no son los mismos, su voz es cada vez más suave y demacrada.
Como un cielo sin estrellas.
Lo único que quiero es verla nuevamente nacer.
Se te queda un poco de sensatez, sabes lo que tenés que hacer.
Mia.
1952:He recibido cada una de las cartas, y sé que he cometido muchos errores, errores que pagaré en vida.
Mi matrimonio es un bardo hundido y lo reconozco, pero no sé cuánto tiempo más flotará.
¿Porqué?
Estas cartas las he leído hace una semana, revisando las cajas ocultas que tenía mi marido las encontré. Pero ya les voy a contar todo.
Estoy en un momento muy difícil, pero el mes que viene, mamá vas a conocer a tu nieto.
Te amo con todo el corazón.
Allie .